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Foto del escritorCristian Bolayna

Un futuro brillante

5:00 am

Suena el despertador, abre sus ojos y su primera reacción es mirar a su costado solo para asegurar que el amor de su vida continúa bajo las sabanas, esboza una sonrisa, con movimientos suaves se acerca para besar tiernamente a su amor; se despoja lentamente de las sabanas y deja al descubierto su bien trabajado cuerpo, sin nada encima, más que su bóxer preferido color negro, posa un pie sobre el piso seguido del otro y sale de cama sin ninguna prisa. Como buen administrador lleva una agenda programada que le permite; controlar, organizar, planificar y ejecutar su día a día con tiempo de sobra para disfrutar momentos como este en casa; especiales e irrepetibles.

No era exactamente el hombre más guapo, pero tenía ese “no sé qué, que te producía un no sé cuánto”. De labios carnosos y mirada ardiente; media apenas un metro cincuenta y siete, lo que había creado en él un complejo, que suplía con un escultural cuerpo atlético, resultado de horas intensas en el gimnasio. Su baja estatura lo había hecho acreedor del seudónimo “Poni” el cual sonaba tierno si provenía de los labios de su amor.

La ducha y el aseo personal era todo un ritual de belleza masculina para él, se perfumaba y se arreglaba lo mejor posible, evitaba hacer ruidos que pudieran interrumpir; la tranquilidad y el dulce sueño de su amor, quien ejercía la honorable carrera de medicina. Poni entendía que salvar vidas era agotador, por ello procuraba que su descanso fuera lo más placentero posible, por lo cual no exigía o veía como una necesidad que lo atendieran por las mañanas, con el tiempo, dedicación y la comprensión habían logrado que la relación fuera única e independiente.

Se dirigió a la cocina, hirvió un poco de agua y preparo café, lo sirvió en su taza favorita y mientras disfrutaba del mágico aroma y sabor de su primer café, meditaba y daba gracias a Dios por su maravillosa vida y como un hábito a este agradecimiento, antes de salir de casa dejaba una nota con la frase “Ten un día exitoso y extraordinario, te amo. Firma. Tu poni”.

Su carrera iba en ascenso, llegaba a su trabajo con toda la actitud, se colgaba el gafete de gerente, recibía siempre a los empleados y colegas con una gran sonrisa. Durante su jornada laboral como gerente de tienda en turno; resolvía los problemas y dudas más comunes entre los empleados y los alentaba a dar lo mejor de sí, brindaba soluciones a las quejas del cliente, hacia cortes de caja cada determinada hora, programaba fecha para los inventarios, revisaba las facturas, en palabras simples desempeñaba sus responsabilidades con excelencia. Al término de su turno colgaba su gafete de gerente, y continuaba su labor “Era administrador del restaurante de sus sueños” siendo su propio jefe. El restaurante era un éxito total, se ubicaba en uno de los puntos más concurridos de la ciudad, era además el punto de reunión favorito de muchos de sus amigos y conocidos.

Finalmente su día concluye, cuando regresa a casa en su flamante coche rojo y al entrar es recibido por una pequeña voz que lo llama “papá” definitivamente se podría decir que Poni, tenía… Todo lo que había soñado, su propio departamento, una vida cómoda y estable, trabajo y una hermosa familia.

12:00 am

Suena el teléfono. La noticia fue fría y poco digerible de aceptar.

-¡Murió Poni! Las palabras resuenan en un profundo silencio

-¿Cómo paso?

-Los doctores han dicho que un virus fue hallado en su cerebro. Lo entierran mañana.

-No estoy en la ciudad.


Lex colgó el teléfono atónito por la noticia, había jugado el rol de colega y amigo en la vida de Poni, dejo escurrir las lágrimas sobre sus mejillas; lamentó profundamente su pérdida, no poder estar allí y principalmente no haber llamado o enviarle mensaje ese día, aun cuando lo llevo incesante en la mente durante todo el día. Ahora entendía, “es probable que ese momento donde el pensamiento de Poni se manifestó, agonizaba siendo esta su despedida”. Después de graduarse cada uno partió a diferentes ciudades a probar suerte trataron de mantener siempre la comunicación, por ello era difícil dar crédito a la noticia. -¿Cuándo empezó a sentirse mal? ¿Por qué nunca lo menciono? fueron algunas de las dudas y preguntas que pasaban fugaz por su mente de intentando asimilar la realidad.


Un par de semanas antes, Lex y Poni habían sostenido una charla amena y sincera hasta la madrugada, gracias a la confianza que solo puede brindar un verdadero amigo, ambos compartieron; sus metas, objetivos a corto y largo plazo, hablaron del amor, hijos, trabajo, las cosas habituales y triviales de la vida que necesitaban para sentir que habían alcanzado el éxito, Poni describió “un futuro brillante” donde… “Todo lo que había soñado, su propio departamento, una vida cómoda y estable, trabajo y una hermosa familia” eran posibles. Dolorosamente Poni no logró ese futuro brillante.


Tras su muerte los comentarios malintencionados no faltaron, las especulaciones vinieron de quienes alguna vez se hicieron llamaron amigos, -“su vida secreta y sus encuentros con desconocidos lo llevaron a la muerte con el virus del SIDA”. Sin embargo la única verdad solo Dios y él la saben. Muy probablemente algún confidente.


TODO ES POSIBLE

-El día y la hora nadie lo sabe, solo Dios conoce cuándo será nuestro final y el último suspiro. ¡Demos gracias cada día por la bendición de estar vivos!.

-Nada cuesta hacer una llamada o enviar un mensaje a la persona que se adueña de nuestro pensamiento, probamente hacerlo después sea demasiado tarde.

-Mientras puedas respirar lucha por tu “futuro brillante y prometedor”.

-Quién sea llamado amigo a demostrarse amigo hasta el final.

-Sean falsas o verdaderas las especulaciones, seas una dama o un caballero “CUIDATE”, Lo que consumes, bebes o prácticas algunas veces puede llevarte a extinguir el brillo de tu estrella.


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